lunes, 4 de febrero de 2008

COMPRENSION


A través de este blog me propuse que quien lo lea tenga una aproximación a las cosas, circunstancias, eventos y demás yerbas que nos han ocurrido a quienes somos gays y andamos por los 34-44
La verdad es que pasaron tantas cosas, que son de no creer.
La vida en este país ha sido algo totalmente inesperado, los cambios fueron brutales, las cosas ocurridas inconcebibles.
Un día encuentro en el placard una vieja campera oculta bajo un saco (que no me entraba ni en una pierna!!!)
Miro el bolsillo de la campera y encuentro un fajo de billetes: 7 billetes de $ 1.000.000 (UN MILLON DE PESOS!!!!!!) O SEA $ 7.000.000.- (SIETE MILLONES DE PESOS LEY 18.188)
Y sí, así es. El trabajo y el esfuerzo de nuestros padres y abuelos por darnos una vida normal fue muy superior al que realizan en los países centrales, porque si, por ejemplo un argentino enterraba en 1973 fruto de su esfuerzo $ 10.000.000.- (diez millones de pesos) y ese mismo día un Yanki enterraba U$S 10.000.000.- (diez millones de dólares) y hoy, 2008, abren la caja el norteamericano dispone de sus diez millones de dólares y puede comprar lo que desee, el argentino tiene una caja llena de papeles que no sirven para nada (y aún si la moneda hubiera podido cambiarse hoy equivaldría a 1 centavo – creo, porque me quede mareado por la cantidad de ceros que debí usar!!!)
Obvio que esos billetes que encontré en la campera, para bien poco habrían servido, para que yo justamente los olvide, así como así.
Entonces no nos engañemos, que nuestros gobernantes pueden haber sido malos, pero no siempre los pusimos nosotros, y el esfuerzo de nuestros compatriotas nunca valió nada, el sistema en que vivimos nos saca siempre el producto de nuestro trabajo.
Sobrevivimos a este país.
Sobrevivimos a una mentalidad lamentable.
Que censuraba no solo el amor gay, censuraba el AMOR con mayúscula.
Valga para ello un recuerdo. Teníamos un pic nic, celebrando que terminábamos séptimo grado. Año 1981. Y corría un comentario: una de mis profesoras vendría con el hombre con el que estaba "juntada", reinando la expectativa, ante la llegada de la profesora.
¿Cómo es posible que se censurara de ese modo a una tipa genial como mi profesora? ¿Por qué tuve que escuchar de una de sus colegas que ellas hacían la vista gorda porque sino la echaban? (y eso era cierto, podía pasar, y aún hoy puede pasar en los Colegios Religiosos)
Y yo que no sabía aún que era gay me ponía verde de escuchar. ¿Cómo podían ser tan gusanos?
Por supuesto que vino sola, se enteró de la versión y se amargó el día, ella que no se lo merecía, pues es una de las personas que mejor me enseñó una materia. Y que con ese hombre vivió el período de mayor felicidad de toda su vida.
Imaginen entonces las opiniones sobre el mundo gay.
Por suerte yo empecé mucho después.
Y me cagué en esas convenciones sociales.
Y asistí al derrumbe de la idiotez, que queda, pero mucho menos.
Esa mentalidad me adormeció, pero no me jodió, pude nacer al disfrute, a hacer lo mío, a vivir mi historia, contra viento y marea, contra mi formación y mi pensamiento, pero de acuerdo a lo que sentía.
Y hoy, al ir alcanzando los logros, disfruto con placer de ver a los chicos más jóvenes que se van sumando, haciendo su historia, con más libertad, con más información, y me mantengo jovial, porque los gays tenemos la suerte de mantenernos mejor, en general.
Saltamos las trampas que nos preparó la sociedad.
Nos pusimos en pareja, conocimos el amor,
Nos jugamos, nos fuimos a vivir juntos.
Y nos salió bien.
Por eso les digo a todos que nunca es tarde. Ni a los 15 ni a los 50.
La vida es para vivirla.
Los sentimientos se expresan, no se ahogan.
Así que si de algo sirve esto, es para que sepan que con todas las dificultades que nos tocaron, se puede salir adelante.

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