SABADO IDEAL

El sábado, luego de salir de la oficina, partí rumbo a Pueblo Norte a dormir una necesaria siesta si es que quería salir a la noche. Luego de acomodar unas cosas partí a la cama, Gustavo dijo como siempre que él no iba a dormir y me habré levantado cerca de las seis de la tarde. Entre que me bañé, Gustavo se despertó (el que no iba a dormir, je!) se baño é se acomodo, se arregló, planchó su ropa, etc. etc. etc. partimos cerca de las siete de la tarde rumbo a Pueblo Alto, nos íbamos a juntar a cenar con mi vieja y mi tío en la casa de mi Abuela (en la casa que era de mi abuela). Iba conduciendo rápidamente pues mi vieja tenía que ir a misa y queríamos aprovechar para conversar con mi tío Aníbal, de la familia de mi viejo, que es gay como nosotros.
Como estaba mi otro tío no pudimos conversar demasiado. Dejamos a mi vieja en la Iglesia y me dediqué a las ensaladas mientras Aníbal se ocupaba del fuego.
En eso llegó mi sobrina, hija del primer matrimonio de mi hermano, Adelaida, que tiene 17 años, y había sido elegida Reina de la Belleza. (Realmente esta de diez la wacha re buena la mezcla familiar, el resultado un bombón!!!!!!!!!) pero no se iba a quedar, se iba a cenar con un amigo.
La cena transcurrió muy agradable. Yo cené frugalmente (como nunca! Pero tenía otros planes, je, je!)
Así que luego de dejar a Má en su casa partimos raudamente rumbo a Parana: destino: Coyn Rouge, la disco.
Las nubes negras auguraban una tormenta, los rayos se veían cayendo. Yo le dí igual. Gustavo iba esta vez de buena onda, nos metimos por la Avenida Laurencena rumbo a la costanera, que comienza donde antes era la Prefectura. Tras una recorrida donde miramos algunos ejemplares apetecibles, subí por la barranca rumbo al centro y tras dar una vuelta por la Plaza donde termina la peatonal, en donde había cierto yire me encaminé al boliche. Cuando subía nuevamente la nube ya se veía peor, así que puse la mente en blanco, pensé que el auto está asegurado contra granizo y listo.
Entramos por la reja, Gustavo fue a pagar.
Había más gente y más gente linda que la vez pasada. Lindos autos, lindos chicos. Bailamos, tomamos (yo liviano, atendido por la simpática Miss Piggy), nos besamos, nos reímos de algunos francamente ridiculos/as (había una gordita que parecía Gasalla vestido de mujer!!!!!), vimos a un pendex flaquito que tenía afición a atracar con el que se le cruzara, y atracó con dos, muy fogosamente. Nos encontramos con el peluquero de Gustavo, y yo con el dueño del Super donde compro de paso a mi casa. El mundo es un pañueloooooooo!!!!
De nuestra banda no vino ni uno, pero ya los devora la curiosidad de por qué nosotros nos estamos viniendo todos los fines de semana. Así que recibí mensajes que el próximo vendrían.
Decididamente I love Coyn Rouge, es para mí EL boliche, y pienso seguir yendo.
Volví con bastante sueño por cierto. La siesta no me había aprovechado.
Pero cuando llegué decidí coronar con éxito esa noche así que tras breve luchita en la cama, que gané yo, a Gustavo le tocó perder, así que previo pase de la crema lo penetré limpiamente.
Se sacudió conmocionado, no porque yo tenga algo tan grande, pero sin dudas es grueso. Se puso de costado y yo aproveché para empezar. Luego lo hice poner en cuatro y ahí sí, le dí bola con todo hasta que mi leche salió expulsada a chorros en su estrecho culito.
Eso lo dejó enardecido, así que no vacilé yo y me puse en cuatro, y ahí me tocó a mí recibir con todo hasta sentir la leche hirviente dentro mío. Nos fuimos a bañar para eliminar restos de la crema y caímos desmayados.
Fue un día ideal, cena en familia, noche de boliche, y luego sexo en la cama matrimonial, un día redondo.