miércoles, 23 de noviembre de 2011

REENCUENTRO INESPERADO


Luego de comenzar mi día trabajando temprano en la oficina gubernamental, para dejar todo listo para mis jefes, luego mi jornada laboral en la oficina contable, me dirigía a la tardecita rumbo a una reunión de asesoramiento, mi tercer trabajo.
El clima había cambiado, tras la lluvia que especialmente el sábado nos arruinó, como de costumbre, el fin de semana.
Como al mediodía siempre estoy en casa y esa tarde estaba de reunión en Santa Fe, iba bien vestido, incluso con un boxer muy varonil y bonito, pero hecho de un material como el lycra que me fascina (entre otras cosas porque no se destiñe, no se mancha, ni se hace pelotitas, con lo cual dura mas y siempre parece nuevo).
Con Raulito a la sombra pensé en pasar por donde se reune la barrita del muchacho, pues ocasionalmente tuve algo con uno o dos de ellos, y son confiables, dotados y muy deseosos de ponerla, a ver si retomaba contacto, pues esto de estar condenado a una monogamia forzada me tenía los pelos de punta.
Pasé pero ni el loro estaba en esa esquina de barrio, dí una o dos vueltas pero nada, y cuando me iba decidí explorar una cuadra más y ahí estaban, en esa otra esquina con árbol, supongo que será el punto de encuentro ahora en verano.
Y ahí estaba él: Raulito. No me esperaba encontrarlo, y él sin dudas no esperaba encontrarme a mí. No reconoció la camioneta, pero yo sí lo había visto bien, como no me miró clavé la mirada en sus amigos y dos o tres se dieron cuenta de que "había algo" así que cuando dí la vuelta manzana ya estaban con las antenas alerta, nos miramos, y me reconoció, detuve la camioneta y se vino y se vino y al toque estaba arriba.
Vestía una remera de Union -lamentablemente- pero le va muy bien, con un short de acetato blanco que le iba muy bien y algo justo (ha engordado unos 4 kilos, con lo cual no deja de estar flaco pero sí se nota en la ropa jaaaaa), y bueno, la cosa era que yo no tenía mucho tiempo.
Me dijo que todo había sido una equivocación suya y que no pensaba volver a caer como un tonto, yo le reafirmé el concepto, por aquel viejo dicho de no ensuciarse las manos por migajas.
La cuestión era que no tenía tiempo así que partimos como flecha rumbo al camino vecinal que fue testigo de nuestros tórridos encuentros.
Fue cuestión de detener el motor, abatir los asientos, que queda como una cama, besos (si besos!! para los que no saben acá los chonguitos no suelen besar) y fue mandar mano en el short, para descubrir que estaba duro ya, como siempre, voló el short y casi con avidez me prendí a succionar esa verga gruesa blanca y larga, de la cual manaba un muy suave aroma varonil propio de un día de calor.
Pero Raulito quería más y ni bien me bajé el pantalón y el boxer (por suerte el piso de la camioneta estaba limpio, me dio vuelta, me hizo poner boca abajo con las piernas abiertas entre las dos butacas, se arrodilló entre estas, ensalivó la entrada, su pija y zás, me la mandó para adentro.
Yo gemí de dolor y placer al sentir como entraba duro a mi ansioso orificio, llenándolo.
No me dio tiempo a recuperarme que me comenzó a coger.
Mis gemidos se mezclaban con sus jadeos, yo fascinado jugaba a apretar la pija y el se hundía hasta las bolas.
No me importaba nada, si venía alguien o no, mi mente estaba en el momento, acompañaba con las manos en sus caderas su vaivén penetratorio.
Pronto supe que estaba muuuuuyyy caliente y comence a apretar me daba sin miedo hasta que con un jadeo ahogado eyaculó su hirviente esperma bien dentro mío, dejándola morir adentro. Yo estaba tan caliente que con la franela de limpiar el auto me toque dos veces y la llené de leche.
Luego de higienizarnos con las toallitas (sin alcohol obvio) partimos de vuelta a la ciudad. Le dije que si yo hubiera sido mujer me hubiera hecho mellizos por lo menos con tanta leche y se rió y me besó nuevamente. La colita me ardía pues realmente me llena.
Retomamos pues el contacto con el cambio de teléfonos...
¿Sera pues Raulito mi amante fijo????

viernes, 18 de noviembre de 2011

RENOVANDO AMANTES


En estos tiempos no me privé de tener nuevos amantes, entre los cuales destacaron dos, uno Raulito, pendejo, pelito castaño claro, de barrio o de villa mejor, terriblemente activo, muy bien dotado, con el cual pasé momentos de gran felicidad en la cama, como es debido.
Me encantan los vagos que estan duros ya desde que uno les manda mano, es fascinante bajarle el short y ver en el boxer que ya esta la pija bien parada.
Ni hablar lo que sigue.
Me daba y daba acabando dos y tres veces por encuentro.
Yo me la re bancaba, contento.

El otro era Marcelito, morochito, pasivo, divino, con una adiccion por la verga increíble.
Se prendía con fruición y yo le daba pija por todo el motel, en el baño, sobre el sillón, en la cama, variando las poses. Esa colita morocha y lampiña me volvía loco.
Pero llegó el momento de la renovación: con tres trabajos me aparté, con consecuencias previsibles: privado de mis consejos Raulito fue por mal camino, y estará a la sombra un tiempito.
Marcelito encontró a otro que lo atiende, y se puso en pareja.
Así que mi lista de amantes se encuentra vacía.
Deberé salir en busca y captura.
En cuanto a la vida de pareja sigue fantastica, no decrece, por el contrario, fiel a la renovación lo saco de la rutina a mi media naranja y consolidamos esta relación tan larga.

viernes, 11 de noviembre de 2011

DE REGRESO


Una persona conocida comenzó a interferir en mi blog y debí cerrarlo, hoy retorno, pues esta persona dañina se encuentra lejos. Entre medio tuve otro blog, pero nunca tuvo el desarrollo de este, hoy a dos años retorno y lo iré actualizando.