lunes, 11 de febrero de 2008

PICHON


El viernes al mediodía cuando volví a casa, luego de la lluvia, para encontrarme con el barrial que me dejaron en la entrada los de la obra, y luego de sortear sin éxito el pantano pude entrar a casa.
Para mi sorpresa había un pichón junto a los pinos, sin dudas del pájaro que canta extraño (y que Gustavo pese a su experiencia no ha podido identificar) y tiene nido por allí.
Mi experiencia con pichones es que los salvo y luego aparecen duros en la jaula. Pero pese a mi escepticismo lo llamé a Gustavo que sabe mejor que yo qué hacer en estos casos, mientras ahuyentaba a mi perra Alania que lo observaba como un buen bocado.
Así que me dijo que lo pusiera en la jaula que tenemos (yo lo puse en una caja de cartón que es mas tibia) y le diera pan con leche (a lo que agregué azúcar)
El bichejo no estaba nada a gusto (ingrato!) y tenía un pico interesante y agudo con el cual quería picarme a toda costa, así que le ponía trocitos de pan con leche y azúcar y los picoteaba, hasta que le sintió el gusto, y cambió la beligerancia por un dócil abrir de boca para que le tirara trocitos que tragaba.
Visto su ánimo y que comía empecé a abrigar esperanzas.
Obvio que no hice como mi prima que hizo estallar al loro de tanto pan con leche que le dio, yo consideré que había comido bastante y listo.
Cuando me volvía a la ciudad el pajarraco se hallaba satisfecho, seco y con ganas de picarme nuevamente.
Dos horas después llegó a casa Gustavo, que lo puso en una jaula bajo el sauce, adonde la madre quería alimentarlo con una langosta y no podía, así que lo colocó en el pino, abrió la jaula y a partir de allí la mamá tomo el control y lo llevó de vuelta al nido.
Nos gusta sentarnos por las mañanas los domingos a tomar unos mates y escuchar los pájaros, los hay de todos tipos: cardenales, calandrias, negruchos, horneros, tijeritas, pirinchos, tacuaritas y gorriones. En nuestro patio anidan sin temor y nosotros ahuyentamos a los chicos con gomeras.
Las calandrias durante un día de calor de verano nos indicaron la presencia de una víbora, la atacaban con saña. Los animalitos enseñan muchas cosas.
No cambio mi paisaje de campo por la ciudad.

2 comentarios:

Luckitas dijo...

No hay con q darles... son lo peor de lo peor...!!! chacareros... encima gays... y de paso conservadores de la naturaleza y espanta pibitos... habra algo peor poray...??? jaaaaaa... chauuuuuuuu...!!!

Pd. yo tampoco cambio el jardin de mi casa en el pueblo... x ningun parque de esta ciudad... xq sera...???

PABLORE dijo...

Ya tanto como chacareros no, che! Gays espanta wachitos con gomera síiiiiiiiiii! (que ocupen su tiempo en otra cosa más productiva, je, je)