VIERNES DE PEÑA

Para no romper con la tradición de hospitalidad el viernes organizaron los compañeros de la fábrica de Gustavo una peña en casa.
Yo cada vez que viene gente que no conozco, tiemblo.
Si bien yo soy un master en hacerme el boludo, no todos son como yo. Y la posibilidad de encontrar algún amante ocasional es una posibilidad siempre latente, como les decía a mis amigos.
Así que haciendo votos porque no apareciera ninguno entre estos y rogando que por lo menos alguno estuviera bueno (porque la mayoría son feos), me puse manos a la obra.
Para hacer el asado convocamos a Mauro, que siempre asa muy bien, y me permite a mí ocuparme de las otras cosas.
Mientras Gustavo y Mauro se hacían cargo de las cosas me fui a comprar cerveza al super, y compré una Coca Zero.
Cuando volví Mauro me hizo una escena de loca total, que por qué había comprado esa Coca Zero, que a el no le gustan las gaseosas sin azúcar. Yo me reí y me lo quedé mirando (no era que eras heterosexual??????) me preguntaba, mientras me decía que las gaseosas diet y mi gorrita (gris, muy bonita por cierto) eran cosas de putoooooooooooooo! (lo decía chillando).
Por suerte Gustavo lo tomó como venía, en joda, o lo tomó en joda porque era lo más conveniente (je!) mientras yo pensaba que una inyección de carne podía ser el calmante que necesitaba ese chico desaforado.
Obvio que no me deshice en explicaciones, no necesito dar explicaciones a nadie salvo a mi pareja, y de a poco su fogasía fue mermando, pero dejándome perplejo. (Esos arranques lo hacen pasar de categoría: de un amigo de la casa a una apetecible presa de mis inconfesables deseos!)
Por suerte no había ningún “conocido” en el grupo, buenos muchachos, algunos interesantes, en fin un balance positivo de la noche, con mucha cerveza.