jueves, 21 de febrero de 2008

DESORIENTADO


Anoche mis planes de ir a Rosario junto con Gustavo y de paso irnos a bailar, ya que tengo que ir sí o sí este fin de semana, sufrieron un rudo golpe.
Gustavo quiere quedarse. No es capaz de bancarse ni siquiera una jornada abierta como a la que voy. Como si fuera poco me puso como excusa que a mi mamá le va a gustar que NO vayamos en auto.
El auto de hecho ha quedado en mi órbita, y mis relaciones con mi Mamá las llevo bien YO, sin necesidad de interferencias, menos con excusas pueriles.
Si no quiere ir que No vaya, pero no ponga excusas tontas.
Mi idea era ir a esa jornada y luego a un hotel a descansar para salir a la noche, volver, dormir y disfrutar el Domingo recorriendo lugares.
Ahora quiere que vuelva reventado, descanse un poco y luego salgamos acá.
Se notó mi furia ni bien me lo dijo, pero me contuve, recordando que uno de los pocos amigos virtuales que tengo, de Entre Ríos, me dijo que fue hace poco y no le gustó mucho, por la inseguridad y el crecido número de travetis...
Veremos que ocurre hoy. De última armo una expedición para otro fin de sem.

No hay comentarios: