Como ya es mala costumbre, mi internet ha desaparecido.
Y como estoy con miles de actividades no se si tendré tiempo y ganas de luchar a ver si consigo una mejor.
Visito los blogs amigos y comento gracias al celular (móvil le dicen)
Con la campaña electoral en pleno puedo decir una cosa: no he sacrificado mis principios. He logrado que no tengamos deudas con los elementos del mal.
Es decir que si ganamos o perdemos seremos libres.
Eso me alivia.
Pero hoy, lo que más me gusta, es la posibilidad de cambiar al menos algo de la sociedad en que vivo.
Fundamentalmente que nadie deba cambiar su voto por un plato de comida. Libres de eso tendré más ciudadanos.
Y bueno, dejando de lado mi indisimulable entusiasmo progresista en estos días vamos terminando detalles de la casa, con colaboración económica de Mamá.
La casa y el quincho ocupan 154 metros cuadrados y por tanto la terminación es costosa.
Las lluvias, aunque pocas, han puesto verde el parque y estos días vamos a limpiar la pileta pues se viene el calorcito.