jueves, 31 de enero de 2008

SABADO DE DISCO


El sábado a la noche fuimos a la disco en Paraná, que esta de 10, un lugar re bizarro, re loco: imaginate que esta ubicada bajo unas antiguas y elegantes graderías del Hipódromo de Paraná. Yo sabía que había costado bastante rehabilitar la disco pues Paraná, que es mas chico que Santa Fe, tiene un ambiente muy conservador. Pero el periodismo insistió y bueno, reabrió y hacía rato que quería conocerla, y de paso continuaba con mi plan de reactivar a mi pareja para que no se convierta en un viejo fósil, je, je.
Te decía que es re curioso el lugar, se llama Coyn Rouge, y luego de una avenida en donde los locales comerciales ocultan el hipódromo tuve que doblar en una calle obscura para ir a dar a una avenida lúgubre, en donde estaba un antiquísimo tapial que separa las instalaciones, y estacionar frente a una reja donde me abrieron y mientras mi pareja pagaba las dos entradas, yo estacionaba el auto. Entramos a un hall luego de atravesar los cortinados con una hermosa escalera de mármol que subía, a un costado el baño de damas y del otro se abría la barra, que atendía una gordita re buena onda parecida a Miss Piggy de los muppets (la chanchita rubia), de allí seguía una pista en un salon nuevo. Volvimos a la escalera y subimos a lo que sería una especie de palco cubierto, con cerramientos de aluminio, desde donde se divisaba la pista de carreras y las graderías hacia abajo, con bancos de madera viejos como los que hay en las plazas. Como no había mucha gente arriba bajamos, volvimos al salón principal y salimos al patio, junto a las graderías (que estan cubiertas) donde las parejas se sentaban a conversar, también había otra barra y recorrimos curiosos, pues había dos areas de césped donde ponen mesas, todo re grande, re viejo y re raro. Arriba de la pista nueva había un patio, que oficiaba de terraza, pero como lloviznaba nos manteníamos bajo techo. Como Paraná esta ubicado en una zona de lomas con desniveles y la sobre una Barranca junto al Río que domina la costa santafesina, desde allí teníamos una panorámica única de la ciudad, de las luces del complejo del Tunel Sub Fluvial y la ruta que lleva a este, además de una torre de comunicaciones que parecía remedo de la Torre Eiffel, por la forma que tenía la antena que veíamos. Lo pasé de diez, en particular porque pude aclarar unas cuantas cosas con mi pareja, a quien el lugar no convencía mucho, cuando le dije que fuéramos a bailar y me hizo cara como que no tenía gana monté en cólera y me quedé fuera, en el patio bajo una fina garúa. Así que vino y tuvimos la siguente conversación:
Gustavo: por qué no vamos adentro, no querías bailar?
Yo: no me gusta hacer las cosas obligado, si no te gusta y no vas de onda no entro.
G: vos sabés que mucho no me gustan estos lugares.
Y: pero yo estoy vivo, me gusta divertirme, me gusta bailar, disfruto de estos ambientes donde veo chicos y muchachos como yo, me gustan las luces, el láser, así que es simple, me gusta divertirme, así que si vos no querés hacé lo que quieras.
G: ya veo que querías venir solo, por eso hablaste con Darío, querían venir a hacer de las suyas…
Y ahí exploté, pues últimamente se había dedicado a criticar a todos nuestros amigos:
Y: escuchame, a vos todos te molestan, Darío porque es amigo, Julián porque es muy vago, Edgardo porque es un terrible que levanta por todas partes, Gonzalo porque está solo y ahora no querés ir con él a ninguna parte, tu vieja y tu hermano porque no hacen lo que querés, Mauro porque no lo aguantás.
G: Ya lo tuviste que meter a Mauro.
Y: Sí y que?
G: Que ese pendejo ya me tiene podrido, es el culpable de muchos de nuestros problemas.
Y: Que problemas?
G: Ese pende me quitó tiempo de estar con vos.
Y: Ah, no! Yo pago por las cagadas que me mando. No voy a pagar por el pende. Yo no hice nada así que no pago. Si vos lo tenés entre ojos, cuestión tuya, yo no voy a perder a mis amigos. Muchos me empujaron a tener algo con Mauro pero yo me mantuve, así que a otro con ese cuento.
G: Seguro que Darío te empujaba!
Y: Por el contrario, Darío me decía que me cuidara de no meterme. Vos no querés a nadie y estas completamente loco, así que no rompás más, yo me vine a divertir y vos estás muy perseguido. Además tenela clara, con quien yo estoy aca? con vos! no hay nadie más.
Allí hizo crisis, se sentó con lágrimas en los ojos mientras comenzaba a llover.
Lo hice levantarse y que fuéramos a las graderías cubiertas.
Se fue calmando, mientras yo para serenarme seguía el ritmo de la música.
Pidió disculpas, yo opté por no pensar. Quería bailar.
Los policías que cuidan el lugar pasaron por allí mientras él me tenía abrazado lloroso y yo con cara de poker serenándome.
Por fin quiso volver a la pista.
Y desde ahí nos dedicamos a bailar y a tomar unos tragos bien atendido por Miss Piggy (las gorditas simpáticas me encantan!). El Daikiri tenía mucho ron, por lo cual me limité pues no quería dormirme en la vuelta. Me gusta ese lugar, voy a volver, como disciplina también así Gustavo se civiliza.

1 comentario:

Luckitas dijo...

Aca si q no puedo opinar... xq seria escuchar una sola campana... y si la campana q se escucha... anda siempre caliente como yo... ya me imagino x donde andara la razon de todo este bolonki... jaaaaaaaa... chauuuuu...!!! besos...!!!