lunes, 19 de enero de 2009

LA LOLA SAID GOODBYE


Así que bueno, nos instalamos lo más bien en esa antigua casa de Alta Córdoba, con Eusebio como anfitrión. El lugar era acogedor, estábamos ya en invierno pero no hacía mucho frío.
Fue llegar, dejar las cosas y partir inmediatamente al...Sauna!!!
El lugar no decía nada desde fuera, pero la verdad era impresionante por dentro. Una recepción y bar, donde en un TV se exhibían películas porno, que en forma de ele enmarcaban un patio cubierto con tenues luces verdes que surgían de rosetones en la pared con forma de dioses mayas o aztecas, luego se subía, te daban la llave de tu casillero, dejabas toda la ropa, te ponías la toalla blanca y calzada en este la ristra de preservativos y estaba todo a disposición.
Como conocía el sauna me fui al baño turco, que era con vapor a alta temperatura. Había varios en la neblina pero el que inmediatamente me dio calce fue un aborigen local, morocho, lampiño, petiso pero bien formado, que sentado al lado mío empezó a pajearse, aceptó mi mano y luego comencé a petearlo. Sin prisa pero sin pausa el morocho se puso de pie, me hizo arrodillar en el piso con los brazos apoyados en el banco, me sacó la toalla, se colocó el preservativo y me penetró. Yo estaba enardecido, el morocho comenzó a cogerme con todo y yo a pajearme, acabé al toque y no mucho despues este también.
Para recuperar aire me fui a explorar, había boxes, que eran como pequeños cubículos, y desde la ventana superior se veía un patio con palmeras y árboles añosos decorado en estilo de inicios del siglo pasado. Cuando me dirigía al bar escuché y ví, pues no tienen puertas, que la Lola ya era presa de un vago bastante bien formado que la tenía patitas al hombro en el suelo.
Tomé un jugo despatarrado en uno de los sofás mientras miraba una película de soldados gays.
Como ocurre siempre que me pegan una cogida rápida, por más que yo acabe, quedo con el recto sentido, me arde, eso me excita y me para la verga nuevamente.
Así que como estaba re duro me fui escaleras arriba a transpirar al sauna.
Cinco minutos despues estaba allí un vago que había visto en el bar, de piel blanca, cabello negro y lacio algo largo, al cual yo había imaginado activo. Ya me chorreaba el agua cuando el vago me posó la mano sobre la toalla. Yo lo ayudé para que me masajeara y se prendió. Le dije que ahí no era conveniente, así que huimos a uno de los boxes.
Me puse el preservativo, y, aprovechando que no estaba tan sensible, pues había acabado hacía poco, le pegué una cogida de la cual no se debe olvidar más. Gemía y gemía pero yo le daba con todo, maximizando el roce ya disminuido por el engorroso preservativo, que al menos era prime extra delgado, pues con otro no acabo ni ebrio.
La cuestión es que le di en cuatro, lo galopé en cuatro, lo puse patitas al hombro, de costado, hasta que de nuevo en cuatro acabé.
Duchados y con la piel tersa y suave por los baños partimos de vuelta, nos cambiamos y nos fuimos al Nuevocentro, el Shopping de Córdoba.
Esa noche a bailar a Hangar, y luego al La Piaf. Hangar no me gustó pues el ambiente era mezcla, y estabas mirando a un Diosito - parafraseando a Luck - y te salía la novia detrás, ¡ah, no! y me fui solo a La Piaf.
Asi que me tomé el taxi y llegué a la otra Disco, donde, SORPRESA!!! me encuentro con mis otros amigos de Santa Fe, que me tildaron de espléndido y excluyente por juntarme con la Lola y Mauricio, pero luego nos reíamos juntos. Pues bien, La Piaf era para mí, no tardé en encontrarme a un petisito, lindo, simpático, que me hizo acordar a cierto coloradito que había conocido, la cuestión es que pronto estábamos transando a lo bestia a vista y paciencia de mis amigos.
Enceguecido de deseo e ignorando cualquier seguridad, me fui con él al departamento donde vivía, y allí lo cogí desesperadamente, pues se me habían terminado los prime y usé un preservativo que era como si me hubiera puesto una bolsa de nylon, NO SENTÍA NADA!! Acabé con la imaginación -porque rozar, no rocé nada, ya que el petisito tenía ya el culito muy trabajado y el plástico ese no ayudaba-, agotado y exhausto, transpirado, y me fuí. Había tomado bastante, así que desperté en el taxi en la puerta de la casa, con la sensación de no saber donde estaba! Me ubique, pagué, me bañé y me dormí.
Era una mañana fría y me desperté cerca de las diez. Fui a comprar criollitos, que es como se llaman allí los bizcochos, y valen lo mismo que el pan, tres veces más como en Santa Fe, que eran riquísimos. Tanto que al día siguiente me molesté en preguntar qué tenían, y en lugar de grasa tenían margarina!! Mirá vos, me gustan los bizcochos de Margarina!!
La cuestión que me fui a pié a caminar. Pasé por una Mezquita (la primera vez que veía una) y tras unas diez cuadras llegaba a una avenida que bajaba al puente sobre el río y seguía la avenida céntrica donde esta Radio Nacional Córdoba y llegué hasta el Patio Olmos, que es el otro shopping.
A la tarde de nuevo sauna. Esta vez me encontré con un Tucumano, lindo chico, piel blanca, pelo negro bien peinado, barba candado, la cuestión es que me siguió y accedí en ir con el a los boxes. Me pegó una cogida patitas al hombro memorable. Realmente me quedé tranquilo el resto de la tarde.
A la noche nos fuimos al departamento de un amigo de Eusebio, que estaba en pareja con un cubano. Fue bonito estar en un depto gay, donde el dueño de casa nos cocinó, y nos contó de las aventuras de Eusebio y él en Córdoba, mientras yo observaba con interés al cubano, fornido, moreno, interés que se fue cuando supe que había pasado por Eusebio y otros cuantos, era casi una mascota de ese grupo jejeje!
Al día siguiente por la mañana recorrimos la zona histórica del centro y luego partimos.
Cuando entré a vivir en pareja no pude seguir más el tren a la Lola y nos fuimos distanciando. Es que tiene para cada ocasión un contacto, un programa. Y uno no es de hierro, puede decir que no una, dos, tres, pero el cuarto programa agarras viaje, y la convivencia requiere evitar rispideces, no ser un santo, pero no ser tan, pero tan evidente. De allí cada cual siguió su camino, nos hemos vuelto a ver en boliches, nos saludamos, pero no es posible el contacto, ya tengo suficiente para sumar problemas...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Seré yo él único al que no le suceda esta clase de aventura?

Osea porque me encuentro sorprendido, mi última vez en el turco salí derretido, jaja y sin nada más que un relax perfecto.

Besos

Unknown dijo...

Dicen que hay un momento en la vida para ponerse serio...


Yo espero nunca llegar a ese momento y seguir con cualquier "lola" haciendo locuras por acá y por allá.

Salu2

Anónimo dijo...

Y yo para ser diferente de todos... nunca en mi vida fui a un 'sauna' y ni siquiera se donde hay en mi ciudad...!!!

La verdad q leyendo esto... y lo q me contaba un amigo virtual de hace un tiempo sobre los cines pornos de aca... siempre me quedaron las ganas de probar... pero hasta q no tenga los 18 no se si me dejaran pasar... supongo q no...

Y cuando pueda pasar... me gustaria saber si van chicos de mi edad... o solamente va el 'viejerio'... y no es q tenga nada contra la gente grande... pero x ahora... es como si me dieran un poco de asquito... como veras ya me salio el 'facho' q vive adentro mio... jeeeeeee... chauuuuuuuu...!!!

PABLORE dijo...

En este sauna, como en los cines, la mayoría son viejos. Hay jovenes pero son los menos, lo que limita la posibilidad de elección.
A mi se me dio bien, pero podía ocurrir que no...
La suerte es variada!!!