jueves, 22 de enero de 2009

DE ONDA CON EL AUTO


Bueno, aquí voy a contar varias anécdotas cortas. Pero no puedo dejar de señalar que si esa noche de 1991 yo no insistía en seguir dando vueltas con el auto por la zona de levante nunca hubiera conocido a Gustavo.
El venía de casa de un familiar, y como buen gaycito que era, se bajó a transbordar de colectivo (autobus) en esa precisa zona.
Como el auto había tenido un choque, y no teníamos dinero para arreglarlo, no estaba presentable, así que pasé, me miró, volví a pasar, me volvió a mirar, detuve el auto en la otra cuadra a lo oscuro y me fui a pie. Fue así que nos conocemos hace 18 años y estaremos cumpliendo 17 años de pareja.
Pero con el auto han ocurrido momentos memorables.
El movil más usado por mí era un viejo Renault 12 modelo 80, que se caracterizaba porque le florecía el óxido por todas partes, y cuando arreglabas una se podría la otra.
Como siempre que uno comienza, y en grupo, que éramos más terrible, uno se vuelve osado. Y se apodera el espíritu de la contravención. Así recuerdo una noche que íbamos con un conocido Gino, por una transitada avenida, yo conversando con un amigo y Gino a los besos limpios con su amigo en el asiento trasero, sin temor de que lo vieran.
O la vez que con Pani, otro amigo, levantamos a unos vaguitos, y como no teníamos dinero nos fuimos a una playa alejada. Rebatimos los asientos y los hicimos sentarse a lo alto, casi sobre el apoya cabeza y cada uno pudo así acomodarse para petear al otro vaguito, y cuando pongo marcha atrás para salir, con Pani sentado junto a mí, una rama se engancha contra el piso de su lado y la ramita, que no era grande, agujerea el piso que estaba podrido y se lleva la alfombra!!!! Y Pani horrorizado que se había quedado sin piso en el auto!!! Pues frené, busque la alfombra, y con ella cubrí discretamente el agujero!!
Al día siguiente, por la noche iba con la Lola (advertida de no pisar el agujero) y paso un charco a velocidad y ella que grita ¡Ah! y queda perpleja. Se había colado agua y le había pegado en la cara!!!
Por suerte pude arreglar ese desgraciado automovil y pronto pude cambiar por otros.
Pero el Volkswagen fue lo mejor.
Ya había perfeccionado mis técnicas de levante, pero siempre fui muy cómodo, me iba con el auto a un hotel o a un descanso junto a la carretera.
Con el VW pasé a usar el auto.
Fue una noche que volvía a casa de mis viejos. Iba por una avenida, que no es zona de levante y veo unos vagos, morochos, sin remera, tres para ser exacto. Y estaban muy buenos, y miré.
Me miraron.
No era la zona mas segura, no era zona de levante, pero di vuelta a la manzana. Y sí, estaban de onda. Así que me estaciono más adelante y espero. Viene inmediatamente el que más me gustaba.
Converso, y estaba de onda, así que me lo llevo a una zona cerca de la carretera y me detengo. Sin vacilar me puse a petearlo (hacerle una felación) y la verdad que tenía buena verga.
Pero el vago me dice que tenía ganas de ponerla!!! QUE MAS QUERIA YO!!!! Pero no quería bajarse.
Así que rebatimos ambos asientos, me puse boca abajo un poco para arriba, el vago se arrodilló entre mis piernas abiertas y...nac! me la mandó hasta las bolas. Me dio verga contento hasta acabar y yo quedé con la colita destruida, pero satisfecho.
Esa fue la primera vez de levante y uso del auto como motel.
Y me gusto...
Así que ya enamorado del lugar volví otra noche. Los vagos se juntaban junto a una esquina, no eran del grupo del primero. De allí levanté a un rubiecito, los vagos de esa zona, que no es muy próspera, no cobraban -es decir que no eran taxi boys-, mientras que los del centro si, lo que no quita que te manguearan (pidieran) para una cerveza.
El rubiecito resultó estar muy dotado. Lo llevé a una zona campestre y tuve mi segunda experiencia de patitas abiertas en el auto, y la verdad que me dejó fuera de combate.
Así que adopté la técnica, y descubrí que se levanta en cualquier parte, por lo cual sigueron las aventuras.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Aun sigo creyendo que por no tener auto no quiere decir que no levante, si asi levanto como será sin tener.

Ahora que lo de los taxiboys es algo que aun no he pensado en hacer, jaja!!!

Besos

Anónimo dijo...

Mmmmm... no me termina de convencer este tipo de levantes...
es como cazar tirando al pichon... si sabes de donde va a salir... la trayectoria q va a tener y todo eso... pierde la gracia... jeeeeee...

Prefiero seguir levantando a pie... cuando la adrenalina te invade todo... y tus sentidos se afinan hasta el maximo... jeeeeee... chauuuuuuu...!!!

PABLORE dijo...

Obviamente el conocer a alguien es mucho mejor que andar levantándolo.
Fue cuestión de época.
La calle era antes casi el único lugar de encuentro, no había discos ni pubs, ni se estilaba andarlo diciendo por ahí.
La calle era en esa época el lugar de encuentro.
Hoy es el lugar de la trampa, donde uno puede mantener una relación con el anonimato.
Queda gente linda en la calle, pero son muy, pero muy pocos, los que no se atreven a encarar su vida.
Pero siempre mejor conocer, sin dudas!!!