AÑO NUEVO Y FRESCO

Bueno, por suerte los Festejos del Año nuevo fueron pacíficos y tranquilos.
La familia de mi tía acordó sus funciones y se portaron bien, con lo cual dejé de desearles una pronta entrada al Asilo de Ancianos.
Esta vez preparé casi todo yo.
De entrada había tres posibilidades: arrollado de carne, que se hace con el matambre, que es un corte fino, como una manta, que cubre las costillas (creo) el cual se rellena, en mi caso, con huevos duros en línea, espinaca o acelga (previamente hervida) y zanahoria rallada con queso, morrón estirado y una línea de perejil y ajo, se sazona todo con sal y algún extracto de verduras natural. Luego se arrolla, empezando por donde estan los huevos para que queden en el centro, se cose con aguja e hilo y se hierve en la olla con abundante sal para que no salga desabrido. Al cortarlo se notan, además del huevo en el centro los colores, rojo el morrón, anaranjado la zanahoria y verde la espinaca o acelga.
Ese tipo de entradas agrada a la familia de mi tía pues no combina dulce con salado.
Para mi vieja y para mí preparamos una copa de camarones (que son como langostinos pequeños, anaranjados) que se compone de los dichosos camarones con trocitos de naranja, manzana, palmitos y salsa golf.
Y luego estaban los piononos (pequeña masa tipo torta dulce, finita, rectangular) que se hace también tipo arrollado, una con jamón crudo, palmitos y salsa golf (¿se nota que me gustan los palmitos?) y el otro con queso azul o roquefort pisado con manteca y nueces, ambas decorados en su parte exterior con una fina capa de mayonesa peinada con el cuchillo, con aritos de aceitunas, pepínillos y morrón.
A la noche había sumergido al lechón en un jugo compuesto de sal, agua, jugo de limón, ajo, perejil, ají molido y orégano. Marinado en este jugo lo saqué y lo puse a las seis y media de la mañana en el horno de la cocina a fuego muy bajo.
Cuando volví a las dos y media de la tarde ya Gustavo lo había dado vuelta y se iba dorando lentamente el cuero, lo puse en mínimo y luego si le puse el condimento, compuesto de todo lo que tenía el jugo más orégano y pimienta.
Salió espectacular. Fue muy alabado como plato principal.
Para la familia de mi tía había una ensalada rusa, como la llamamos aquí que se compone de papa y zanahoria hervidas en cuadraditos, arvejas y morrones y mayonesa, y para mamá y yo la clasica waldorf, compuesta de trocitos de manzana, apio, nueces, crema de leche y azúcar.
De postre trajeron una torta helada, rica en chocolate que estaba excelente.
Tomamos esta vez un Marcus Merlot de Bodega Canale, sita en Río Negro, Patagonia Argentina y brindamos llegado el Año Nuevo con el Champagne Toso Extra Brut (que es el que a mí me gusta por ser seco). Mi tío, mi tía y mi prima brindaron con una botella de sidra con fresa, que se destacaba por su color casi púrpura.
UN BUEN DATO: COMIMOS Y TOMAMOS NORMALMENTE, SIN EXCESOS.
No hubo nuevamente muchos fuegos artificiales, pues una sola cañita de fuegos costaba como una caja de seis botellas de sidra. Obvio que en vez de tirar un solo fuego prefiero 6 sidras jejeje!!!!!!!!!
Pero como la noche se había puesto fresca pronto decidieron irse temprano.
¡Mejor para mí, me iba a la casa de Gustavo y me quedaba alla!!!!!!
Pero, para mi sorpresa allí también se habían ido a dormir.
Así que nos volvimos para el campo.
Gustavo venía romántico.
Y yo no necesito mucho para ponerme duro.
Así que tras petearnos un poco pasamos a la acción. Empecé el año de activo, abusando de que el alcohol lo relaja pude penetrarlo de una luego de llenarlo de cremita.
No podía aullar pues mi vieja estaba en la otra pieza, así que se la bancó como un señorito.
Yo estaba muuy al palo, así que le dí en todas las posiciones, lo penetré boca abajo, me gusta sentirlo así y es como si mi pija en esa posición se hundiera mejor.
Luego lo puse de costado con una pierna para adelante, para poder besarlo, acariciarlo y pajearlo, y de ahí patitas al hombro, y fue allí que no aguanté más y acabé profundamente dentro de él.
Pero Gustavo había quedado caliente, así que comenzó a calentarme nuevamente y pronto estaba yo patitas al hombro recibiendo su pija dura. Luego para que acabara me puse en cuatro, me encanta esa pose porque la pija se hunde a tope, y fue allí que él me acabó llenándome de su leche caliente.
Amaneció llovizando. Yo me levanté re temprano, lavé los platos, acomodé el salón. Al mediodía vinieron los familiares de Gustavo, pero no hubo chispa.
El frío y la llovizna mantuvieron a todos con sueño
Así que pasamos una tarde juntos, mirando películas, y disfrutando de nuestra mutua compañía el primer día del año.