ADONIS & INGESTAS VARIAS

Con indisimulable curiosidad fui de Mauro.
Lo encontré más delgado e indudablemente algo afectado.
Se notaba con claridad que ese no vivir para irse a Italia lo estaba afectando mal.
Mauro conoció a una chica vía chat en Italia, la tierra de sus ancestros, y se había dedicado de lleno a hacer dinero para irse allá.
Pero al no haber tenido relaciones satisfactorias con mujeres por aquí lo atormentaba la situación, a la par del desbalance que implica encerrarse cuando se tiene tan solo 22 años.
Volvimos y el se puso a conversar con Gustavo mientras yo fileteaba la pechuga del pollo destinada a milanesas, que por cierto me salen muy sabrosas, ya que cuando bato los huevos agrego perejil picado y un caldito para saborizar de verdura, con lo cual le da la dosis justa de sabor y de sal, e incluye cierta cuota de ajo, cosa que Gustavo ignora pues es peor que el Conde Drácula, detesta el ajo.
Mientras iban hablando Gustavo y Mauro de esos temas yo escuchaba atentamente.
Decidí acompañar las milanesas con una tortilla de papas, así que rehogué en aceite una cebollita, herví con sal la papa en cubos, luego batí unos tres huevos con un poco de sal y tras mezclar todo puse en la sartén de teflón y me salió ESPECTACULAR.
Hablar a Mauro le hizo bien. El llegó incluso a plantearse la sexualidad.
Esto es si no sería GAY.
Yo participaba bastante poco. Obvio que lo animamos y le dijimos que si bien nos gustaría que los chicos lindos como él fueran todos gay, no perdía nada con intentar.
Pero yo no pude dejar de señalar que una vez que prueba, si la relación no se aceita no vá y no debe forzarse.
Mauro dirá que no es gay, pero yo invierto la cosa y digo: por que no probó si le ha ido invariablemente mal con mujeres, con un hombre...
Además de ser buen chico es sensible, el se preocupa por lo que pueda sentir la chica, en grado superlativo, cosas que no son para nada frecuentes entre los heteros.
Pero aún así le dí la mejor onda. Lo animé a seguir, a probar en Italia, la tierra de nuestros ancestros, si tanto quiere ir.
Como habían quedado cosas en el tintero quedamos de acuerdo que viniera el Domingo.
El domingo, tempranito me levanté y me fui a buscar a Mamá al Pueblo Alto.
Iba a aprovechar para estrenar las espadas para brochettes.
Fue un acierto que viniera pues hacía mucho, pero mucho calor, y la verdad era que lo mejor era estar en la pileta.
Luego lo busqué a Mauro y cuando llegamos mientras yo preparaba la ensalada rusa, de zanahoria, papa y arvejas hervidas con mayonesa, él prendía el fuego y Gustavo acomodaba la mesa así mi vieja no tenía que hacer nada.
Yo tenía la duda de cómo hacer bien los brochettes, porque por lo general las verduras se queman, y no quedan ricas.
Así que opté por hacer una espada con presas de pollo y otra con la carne y cocinarlas, hasta casi dorado, y allí sí, sacar todo y armar de nuevo, una cebollita, una presa, un pimiento doblado con panceta y otra presa y así.
Pero como Gustavo no puede estarse quieto y quiere vaciar mi freezer alegó que como no sacaba el lechón cocinado que tenía congelado.
Para no discutir y pensando que iban a explotar como cerdos, lo puse en una bandeja, corté pimiento cebolla, agregué aceite, sal y media botella de vino blanco y lo mandé al horno.
Con tamaña cantidad de comida, dos espadas grandes rellenas mas la bandeja de lechón al vino pensé que sobraría mucho: grave error! devoraron casi todo!!!!
Luego de una corta siesta hicimos pileta toda la tarde mientras pensaba yo si decirle o no a Mauro lo que en realidad pensaba.
No se que hacer.
No anda bien, y que pruebe con un hombre no es lo que quiere oir. Y pensar que cuando lo conocí hace tres años pensé seriamente que podíamos terminar en una relación y me aparte atemorizado pues nunca me impliqué con gente conocida sentimentalmente fuera de la pareja.