sábado, 21 de febrero de 2009

INAUGURACION


Una cosa lleva a la otra y la verdad es que el baño del quincho ha quedado un lujo total. Todos los detalles cuidados, verlo terminado es una verdadera alegría, alegría que se tradujo en una inauguración de sexo bajo la ducha en la cual mi colita salió beneficiada.
Vino de visita una tía, hermana de mi vieja, así que estuvimos de reunión en mi casa, para aprovechar la pileta porque la verdad es que hace un calor insoportable.
Estábamos en el agua cuando el cielo tomó un tono azul grisáceo. La tormenta nos esquivó pero de a ratos caía algo de lluvia y seguíamos con un calor terrible.
Para no ser menos que en otros lugares, acá cuando se ve una nube amenazadora la empresa de energía corta la luz.
Así que me fui a dormir la siesta sin siquiera un ventilador, el cual sin embargo dejé encendido, y me desperté fresco, ya que la luz había vuelto durante mi sueño.
Anoche mientras volvíamos rememoré aquella vez que iba conduciendo el Renault 12 y Gustavo se prendió a hacerme un pete. Yo formo parte de los “poco sensibles” por lo cual es poco frecuente que acabe solo con un pete.
Pero esa noche venía bien caliente, así que Gustavo me petaba más y más y yo me bajaba más y más por el asiento para facilitarle las cosas. Por suerte íbamos por la Autopista que va a Rosario.
Finalmente terminé mirando al frente por el pequeño semicírculo que estaba dado por el tablero del auto y el volante redondo. Así conducía mientras la lengua de Gustavo hacía maravillas y de repente mi verga estalló llenándole la boca de leche que él tragó forzado por las circunstancias (no le gusta mucho tragar, en cambio a mí si).
Fue en toda mi vida la única vez que acabé a través de un pete sin pajearme un poco.
Así que rememorando lo hice prenderse.
Al llegar me fui al baño y cuando volví Gustavo estaba boca abajo, dormido, como invitándome. No dudé un instante y cuando se dio cuenta yo ya me estaba hundiendo irremediablemente en su orificio estrecho.
Gimió, se sacudió pero yo lo afirmé bien y se la puse hasta las bolas.
Pasé mis brazos por debajo de sus axilas trabándolo y dejándolo sin defensas ante los embates de mi verga y comencé a pegarle una cogida intensa, el roce era sublime, y ya venía caliente, le ardía pero yo no aflojaba le daba cada vez más, más y más hasta que el cosquilleo llegó, jadeé y le pegué una importante acabada que lo llenó de leche.
Quedé arriba hasta que se aflojó del todo y me deslicé al costado. Hoy no me podía levantar, pero la noche había sido más que placentera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin poderte levantar pero disfrutaste.

Días, tardes y noches así en las que el descanso y la tranquilidad prima con el buen sexo no nos deberian hacer falta nunca.

Besos

:)

BRILLI-BRILLI dijo...

Joer..eso es una inaguración y lo demás tontería!