jueves, 25 de junio de 2009

MARAVILLAS DE ESTAR JUNTOS


Si bien parece a veces que uno se la pasa de juerga en juerga no es así la vida.
Porque hace mucho tiempo ya -casi 9 años- que decidimos vivir juntos.
Y en este tiempo uno se conoce, se quiere, se pelea, se cansa, se divierte, se ama, pero nunca decae en nuestro caso.
Yo ya tengo un sexto sentido que me indica cuando él está mal, se cuando apuntalarlo, sé como hacer para que no decaiga en su humor, y sé muy bien como darle con un garrote cuando sale con cosas de viejo, no puedo verlo mal porque lo quiero, su dolor afecta cada fibra de mi ser con más fuerza que en mis propios problemas.
Mi mundo es la cocina, los trámites, la conducción.
Su mundo es la jardinería, el orden, la limpieza.
Con Gustavo nos complementamos muy bien.
Responsables en nuestros trabajos, he logrado que él se de la confianza que se merecía, que se valore, porque sabe y mucho.
Por más que en estos países no se pague el trabajo como es debido, por más que hacer las cosas barato, rápido y mal sea la moda del mercado, yo le digo que no, que cumpla con calidad, y en esa senda él ha logrado el respeto y la consideración.
Y reforzamos la salida de la rutina con viajes, paseos, visitas a los amigos, opulentas fiestas para los amigos heteros, divertidas fiestas para los amigos gays, porque a mí me gusta ser un anfitrión cordial y hasta espléndido.
Y entre medio, entre nuestros besos, nuestras ocurrencias, nuestro permanente construir cosas nuevas.
Y en estos días, que hace un frío polar que llena de hielo nuestro portón como las paredes del freezer o congelador, y de repente pasa a hacer un extraño calor (como para no engriparse!!!) con el calorcito vuelve el deseo.
Así que antenoche, bajo el influjo del caloventor, despertamos súbitamente excitados, y tras un 69 mas bien formal me puse en cuatro en posición expectante, con esa ansiedad irreprimible de sentirlo, y Gustavo que sin vacilar se arrodilló entre mis piernas abiertas y calzó su armoniosa verga y la deslizó en mi ano sin prisa pero sin pausa (y sin lubricar porque el deseo no nos dió tiempo) y tras el instante en que uno comprende que ha conseguido lo ansiado, y de paso se adapta la colita, comenzó la cogida, galope, golpe de las bolitas contra mis nalgas, y gozar, más, más y más hasta el jadeo y sentir como la leche es eyaculada en potentes chorros en mi interior. Unos pañuelos de papel y sin salir de la cama abrazarse y ver como Gustavo se dormía en mis brazos, satisfecho, y yo iba adentrándome en los sueños lleno de él.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial como cada momento lo vives al máximo y el sexo no se vuelve una rutina sino una oportunidad de descubrir más.

Besos

manu dijo...

Que delicioso tdo esto q comentas... muy inspirador realmente...

tomaré atenta nota... sip...!

/ dijo...

Me encanta lo bien que se complementan, es decir, tienen ya muy claro qué es una pareja.

BESOTES HERMOSO Y BUEN FINDE!!

Gonzalo dijo...

Hola,
hay un premio para vos en mi blog

Saludos

Malacay dijo...

Joder compartir la vida con alguien es bien duro pero son duda ustedes han encontrado la forma perfecta de hacerlo felicidades