viernes, 29 de agosto de 2008

SOMOS TERCER MUNDO


Y de eso no nos caben dudas.
Si bien las máquinas van reemplazando el trabajo humano, siempre este hace falta.
Existen dos modelos: el del sudeste asiático, con buques factorías y emprendimientos industriales en los cuales se pagan salarios de hambre, se cumplen jornadas de mas de doce horas y se carece de toda la seguridad social.
El otro modelo es el del país desarrollado, con jornadas laborales razonables, niveles salariales dignos y cobertura social.
Cuando uno va a comprar una lente, ¿cual elige? ¿la fabricada en la Comunidad Europea o la hecha en una factoría del sudeste asiático?
Obvio que la primera.
¿Y a qué se debe tanta introducción?
A que estoy en pareja con alguien que es obrero industrial.
Gustavo trabaja en una fábrica metalúrgica.
Y va de suyo recordar, aunque parezca obvio, que no todos pueden ser abogados, arquitectos o doctores, también necesitamos obreros fabriles.
Y por ello voy al modelo.
Porque trabaja en una empresa que va al revés.
En un momento de prosperidad, donde las cosas deberían ser mejores, allí van de mal en peor.
Y he tenido que sostenerlo esta semana.
Porque la dirección empresaria, como muchos en este país, estan ahí por suerte, por un golpe de suerte aprovechado, pero son personas de bajísima estatura moral, y lo que es peor adictos a los que llamamos "puterío" que es guiarse por el chisme e inventar cualquier cosa.
Acosados por la enorme cantidad de irregularidades laborales que cometen, han elegido inventar agresiones como excusa para tratar de zafar de las sanciones.
Gustavo trabaja tranquilo, no es dirigente sindical, tiene mucha antiguedad y solo quiere que lo dejen trabajar en paz.
Pero en medio de ese escenario, ridículamente montado, debió sufrir agresiones de la corte que acompaña a la dirección de la empresa.
Y le cayó muy mal.
Así que esta semana "le hice el aguante" como decimos acá al sostener a la persona cuando esta en crisis.
Y sobre todo le di la norma de oro para estos países del tercer mundo: NO TE ESFUERCES, HAZ LO JUSTO Y NECESARIO, BIEN COMO SABES HACERLO, PERO NI UN APICE MAS.
Porque tengo la plena seguridad de que no vale la pena, de que las cosas no van a cambiar, y no vale la pena esforzarse por quienes no saben valorar el trabajo responsable y de calidad.
Y en cumplimiento de mi pronóstico, si ninguna duda en esa empresa deberán comenzar a responder sobre la serie de violaciones a las normas de laborales y de seguridad, lo cual les terminará saliendo mucho mas costoso que haberlo hecho bien desde el comienzo.

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