domingo, 3 de agosto de 2008

DATOS CURIOSOS Y BALANCE


Cuatro veces mas se repitió esta historia. Una de las primeras cosas que me sorprendió fue cuando me dijo que lo de los besos "le habia gustado mucho, que era algo nuevo para él"
¿Con quién habría salido antes que yo que no lo besaba?
La cuestión es que eso lo pegó mucho a mi.
La segunda vez logré que se exhibiera, vale decir que no tuviera timidez de mostrarse desnudo, no me atreví a preguntarle por que me escondió su pija la primera vez.
Eso me hizo pensar que quizá hubiera salido con compañeros de la escuela, que al ser el "puto" no lo besaran y exigieran que no mostrara su parte de hombre.
El que la cosa se reiterara, el que yo me hiciera tantas preguntas, el que pensara en Keirin en mi trabajo prendieron mis alarmas.
Obvio que me estaba descentrando.
Me estaba implicando a fondo.
Y yo no quería cambiar de pareja.
Para mí el pecado hubiera sido no aprovechar esta maravillosa oportunidad que la Diosa Naturaleza me ofrecía en forma de joven estudiante.
Pero no debía traspasar las barreras.
No quería cortar esa relación, pero sabía bien que si continuaba implicaría dañar a muchas personas.
He comprobado la verdad: las relaciones inesperadas son como soda, burbujeantes, chispeantes, pero pierden su gas al tiempo. La Pareja es como las aguas de un ancho río, quizá no tan movedizas, pero con caudal.
Yo no dejare de tomar soda, pero no por eso saldré del río.
Así que con todo el pesar del mundo desaparecí de la escena.
¿Lo volveré a ver? Quizás si. ¿Lo volvería a hacer? Sin dudas. ¿Me implicaría en esa relación? No, no tengo ninguna necesidad de implicarme...

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