lunes, 12 de mayo de 2008

JIREY 2


Yo comienzo a frecuentar la casa de Gustavo en 1998.
Jirey, el hermano de mi pareja Gustavo, tenía en ese momento 32 años y no estaba casado.
Para quienes no lo saben, en los barrios modestos el promedio de edad de las madres es 16 años y los padres 18.
Obvio que uno siempre quiere que los chicos atractivos sean gays, y Jirey daba a entender ciertas puntas...
Pero el había llegado a ese momento sin problemas por una cuestión esencial: podía tener relaciones cuando quisiera con chicas, y las tenía.
Luego hubo dos o tres puntas que me marcaron algo entre Jirey un amigo, pero me hice el tonto...
Pero finalmente apareció Lisandro en el horizonte de Jirey, y como principiaba que no se puede tapar el sol con la mano no tarde en darme cuenta de que no era un amigo mas.
Eso pasó el año pasado. Y yo me avivé cuando supe que en el cumple de Jirey se iban a cenar los dos solos.
Jirey fue a comprar la computadora, acompañado de Lisandro por un lado, y Gustavo (el que saca la compu con el crédito) y yo por el otro.
Obvio que en los prolegómenos de la compra yo estuve presente para asesorar a Jirey, pero allí me enteré de todo. Hacía dos años que estaban en pareja, y Lisandro sabía bastante de computación también.
Yo pude hablar con él con toda naturalidad, pues si bien yo nunca salí formalmente del closet, salí de hecho. Así que lo mío estaba claro. Le ofrecí mi colaboración para lo que necesitara.
Pero cuando realmente conversamos en serio fue una tarde de finales de invierno o principios de la primavera.
Los padres de Lisandro se habían salido con la suya, este no tenía mucho margen de maniobras, no quería, pero debió cortar la relación. Y aunque Jirey se hace el duro, esa tarde estaba mal. Nos apartamos y conversamos honesta y sinceramente lo animé y le hice ver que debía seguir adelante. Y ese día nació una corriente de confianza.
Ya habíamos hablado de todo cuando la aparición de Gustavo que “olió algo” nos llamó a hablar de bueyes perdidos.
A partir de allí tenemos una amistad franca y sincera.

No hay comentarios: